lunes, 21 de noviembre de 2016

ACTIVIDAD 2: ANÁLISIS E INTERVENCIÓN EN UN CASO DE ACOSO CON VÍCTIMA ACTIVA

                A continuación os presento el análisis e intervención del caso de víctima activa ya que el año pasado tuve que establecer un seguimiento del caso de un niño en esta situación y ahora con lo que estamos aprendiendo, creo que no lo hice mal pero que se podría mejorar.


DESCRIPCIÓN DEL GRUPO-CLASE:

- En primer lugar, es una clase con una distribución de género equitativa, lo cual puede equilibrar los tipos de interacciones sociales que se dan sin llevarlo al extremo psicológico ni al físico.

- Se trata de una clase en la que la gran mayoría se siente muy a gusto y puede trabajar, lo cual influirá positivamente en su desarrollo académico y personal. Sin embargo, siendo obvio que, al menos una de las alumnas es víctima de bullying, es significativo que los alumnos observen los conflictos como algo que sólo ocurre "a veces" ya que eso significa que no le están dando la importancia ética que deberían a cómo se puede estar sintiendo su compañera. Este buen clima para el aprendizaje que observan los alumnos también puede ser un indicador de que el maestro/a es capaz de mantener el orden en el aula y propiciar buenos comportamientos, lo cual es un punto de partida muy beneficioso para dar solución al caso.

- El hecho de que haya 5 alumnos que destaquen por su afán de ayuda y de respeto de un total de 28 supone una cantidad elevada de apoyos para el maestro para abordar las posibles situaciones de bullying que se estén provocando.

- Aunque 3 alumnos pueden estar en riesgo de bullying, se vislumbra una alumna (24) que claramente destaca sobre los otros dos debido al número de testigos que, como ella, piensan que no se le está tratando de forma justa.


DESCRIPCIÓN DEL CASO DE LA ALUMNA 24:

Lo primero a destacar es que la alumna, según las conclusiones de su autoinforme es molestada por chicos, no chicas, y que no sólo son sus compañeros de aula sino de otras clases también. Esto es algo alarmante ya que eleva a la víctima a un grado de acoso en el cual no puede encontrar salida en ninguna parte del centro.

Como es característico de los casos de víctimas de acoso escolar, la alumna 24 se encuentra en un estado emocional negativo que se va reforzando diariamente. Lo vemos por ejemplo en algunas de las diferencias que existen entre cómo lo ven los testigos y cómo lo vive ella. Por ejemplo, los testigos consideran que tiene algún amigo en la clase mientras que ella considera que no tiene ninguno; sin embargo, ambos coinciden en que la alumna 24 lo está pasando muy mal, lo cual demuestra que, pese a que sea una víctima activa, el caso de acoso es claro debido a que su defensa no le hace sentir mejor.

El perfil de la alumna 24 es la de una víctima activa debido a que intenta defenderse de la situación haciendo uso de sus propias armas como la discusión o contestaciones ante sus provocadores. Pese a que ella afirma no sentirse nada indefensa, en realidad ésta puede ser una respuesta inconsciente para no aceptar que no tiene los medios para superar la situación. No quiere desmoronarse. El hecho de que conteste a sus agresores es un arma de doble filo ya que, por una parte, puede impedir que llegue a más el nivel al que le molestan sus compañeros pero, por otra parte y según los testimonios de los testigos, parece ser que tampoco le sirve de mucho y que siempre queda "por debajo", lo cual debilita su autoestima cada vez más. También este papel activo puede hacerle caer en comportamientos completamente contrarios a las normas de convivencia del colegio, lo cual podría desembocar en consecuencias graves también para ella, lo que haría que confiara menos en los profesores para contarles su situación.

El riesgo que presenta esta alumna como víctima activa es que es una persona extrovertida y que le gusta llamar la atención, es decir, es social y, por tanto, se expone a que sus actos sean juzgados y utilizados contra ella por el resto. En mi opinión, esto no debería de cambiar, ya que es la personalidad de la alumna pero nos puede ayudar para explicarle por qué es uno de los objetivos de los acosadores.

El hecho de que la niña nos afirme que a veces lo ha comentado en casa, nos permite tener la visión de unas terceras personas, que son sus padres, para poder analizar más profundamente cómo se está sintiendo la niña prestando atención por ejemplo a si sigue realizando las tareas que le gustan, si mantiene el mismo comportamiento con ellos que tenía, si viene con ganas al colegio, qué comentarios y de quién los hace, etc.

Finalmente, como es característico de una víctima, ya sea activa o pasiva, presenta rasgos que le diferencian del resto. Esto puede ser simplemente una forma de vestir o de hablar, ser más estudioso o llevar gafas o englobar dificultades de aprendizaje notables tales como TGD, TDAH o dislexia.

INTERVENCIÓN EN EL CASO DE LA ALUMNA 24:

Lo primero que tenemos que hacer una vez que hemos identificado por el autoinforme y el heteroinforme que la alumna 24 sufre acoso escolar, es entrevistarla de forma individual y sin que ningún otro alumno lo sepa para abordar diversos temas:

- Expresarle la confianza y código de secreto que puede tener con nosotros.
- Preguntarle los motivos por los que ella cree que se meten con ella. En el caso de que surja el tema de su singularidad, deberíamos explicarle que todos somos diferentes y que por ello nadie debe hacernos sentir mal; es decir, hacerle entender que la situación que sufre no es consecuencia de sí misma.
- Ayudarle a analizar la situación de forma objetiva con el fin de que no se recree en ella: ¿quiénes se meten con ella?, ¿con qué frecuencia? ¿cuál es el motivo? ¿qué hace ella al respecto? ¿cómo termina el conflicto?, ¿qué sentimientos le genera?.
- Explicarle que defenderse es lícito pero que no puede hacerlo de la misma manera que lo hacen sus agresores, ya que sino se estaría convirtiendo en uno de ellos y eso es justo lo que a ella más daño puede hacerle. En su lugar, debemos ayudarle a desarrollar técnicas para pedir ayuda a profesores y compañeros prosociales y a ignorar las provocaciones hasta poder ponerlas solución con el adulto,
-Hacerla partícipe de la toma de soluciones para que recupere la confianza en sí misma y no actúe sólo como una pared de defensa. Hay que hacerle entender que le hagan daño a ella no significa que ella deba hacer lo mismo.
- Asegurarle que la situación es transitoria y que los alumnos que le están haciendo sentirse mal van a dejar de hacerlo. Hay que conseguir que vea que el problema es del otro, no suyo.

También debemos hablar con los alumnos acosadores. Para ello nunca debemos nombrar ninguna queja de la alumna 24 sino presentarles el problema como algo de lo que los propios adultos y maestros nos hemos dado cuenta. En realidad son niños que también necesitan ayuda porque para que un niño quiera llegar a hacer daño psicológico o físico a otro alumno sin motivo aparente, sólo por cómo es una persona, tiene un trasfondo afectivo o familiar.
- Debemos entrevistarles por separado, ya que así pierden la sensación de apoyo de los compañeros observadores y de otros acosadores.
- Debemos preguntarles por qué se comportan así y qué quieren conseguir con ello.
- Es nuestra obligación informarles de la dimensión que tienen sus actos y hacerles conscientes de que están cometiendo faltas contra el R.R.I y del centro e incluso conductas que pueden llegar a ser penalizadas por ley.

Además, deberíamos hablar con los alumnos prosociales para pedirles su visión del asunto así como ayuda para proteger a la alumna 24 y, al mismo tiempo, controlar su actitud frente a las provocaciones. En este caso considero que lo más productivo sería entrevistarles a todos ellos juntos para crear entre ellos un sentimiento de "grupo social" que quiere ayudar a su compañera al mismo tiempo que les asegurará estar protegidos de que a ellos les ocurra lo mismo porque tienen el apoyo del maestro y del resto de alumnos prosociales.

Finalmente, deberíamos hablar con la familia para exponerles el caso y puedan entender el estado emocional de su hija. Sin embargo, nuestro deber es tranquilizarles y asegurarles que su hija se encuentra a salvo ya que se ha iniciado un protocolo por acoso. De esta forma, la familia nos verá como una ayuda. No obstante, debemos tener muy en cuenta cómo son las familias y, en el caso de que sean problemáticas o no confíen en las medidas que vaya a tomar el centro, decidir qué información debemos darle y cuál no por su propio bienestar.

MEDIDAS EN EL CASO DE LA ALUMNA 24:

Cuanto que intuimos un caso de acoso escolar, debemos iniciar el registro de incidencias que se dan con la alumna 24 con el fin de determinar el tipo de agresión, la frecuencia, los acosadores y la intencionalidad. Además, nos sirve por si debemos emprender acciones que vayan más allá de la labor de tutoría.

La prioridad es hacerla sentir segura para disminuir su angustia y se frenen las conductas negativas que derivan en consecuencias también para ella. Para ello, lo que lo primero que debemos hacer es encontrarle un sitio en su clase donde se sienta cómoda (cerca del profesor, para poder vigilar que no la molestan mientras éste está haciendo tareas con el grupo-clase y con alumnos prosociales que amplíen su círculo de amigos). Así, podrá estar pendiente de relacionarse con los alumnos que están dispuestos a apoyarla y no tendrá que estar pendiente de defenderse, lo cual bajará su nivel de alerta. Estas relaciones que establezca además se generalizan al tiempo libre del patio y la elección de trabajos en grupo, por lo que se sentirá parte de un grupo y no le importará tanto lo que los otros digan. Lo que a su vez disminuirá sus defensas inadecuadas. Por otro lado, también reforzará su carisma social, el cual no debe de perder ya que es su seña de identidad.

No debemos dejar el tema del acoso escolar como algo que involucra únicamente a sus partes sino que se debe extender a toda la clase la consideración de este como un problema para todos. Para ello podemos hacer un role-playing de víctimas y acosadores con el fin de que puedan analizar la situación de forma más objetiva viéndolo representado en otros. En ningún caso considero que se deba sacar el tema de la alumna 24 de forma abierta ya que ella se sentirá traicionada por nosotros y, además, le hará ser un foco mayor de acoso.

Ya que son chicos los que la molestan, se debe llevar a cabo un plan de acción en el que se refuerce la igualdad entre mujeres y hombres como prevención de futura violencia doméstica ya que el origen de esas conductas pueden identificarse ya en la escuela en actos de bullying contra una persona del otro género.





INDICADORES DE PROGRESO EN EL CASO DE LA ALUMNA 24:

A lo largo del curso se deben repetir las entrevistas con todas las partes implicadas: la alumna 24, los acosadores, los alumnos ayudantes y la familia. También sería recomendable volver a pasar el heteroinforme y el autoinforme con el fin de analizar sobre datos confidenciales la evolución del caso, ya que es cuando los alumnos contestarán con mayor veracidad debido a que no tienen la presión del adulto.

Algunos hechos que nos podrían indicar que la situación de acoso ha remitido o, incluso, desaparecido, podrían ser:

- Que la alumna 24 haya abandonado conductas inapropiadas para defenderse porque haya desarrollado otras como escudarse en otros amigos e ignorar a los acosadores.
- Que los alumnos observen a la alumna 24 con una actitud más tranquila.
- Que tanto la alumna 24 como el resto de compañeros de clase observen que las discusiones y el nivel de ansiedad de la niña ha disminuido.
- Que se haya creado un grupo de alumnos prosociales en los que la alumna se ha integrado.
- Que los padres nos informen de que llega a casa contenta y tiene ganas de venir al colegio.
- Que la frecuencia de los ataques haya disminuido o desaparecido y, en todo caso, que su dimensión haya disminuido bien por parte de los acosadores o por la actitud de la víctma.

En el caso de que la situación no mejore, el tutor/a debe mantenerse en contacto con el director del centro para pedir ayuda a las Direcciones de Área Territorial para que se inicie una investigación más profesional (orientadores, psicólogos, trabajadores sociales, etc.) y pautada que acabe con el problema y sirva también para prevenir los posibles futuros.


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