lunes, 7 de noviembre de 2016

ACTIVIDAD NÚMERO 1: EL CASO DE ADRIÁN (EDUCACIÓN PRIMARIA)

  • ¿Estos hechos pueden considerarse como acoso?

Lejos de poder entrar en debate sobre si se puede considerar o no acoso escolar la vivencia que está teniendo Adrián, debemos ser estrictos en su identificación y ASEGURAR que se trata de un caso de bullying debido a que cumple las tres condiciones de su categorización:

a) Diferencia entre pares: Desequilibrio

    Adrián es un niño nuevo en el colegio, además de tímido y con falta de habilidades sociales, mientras que sus compañeros cuentan ya con una adaptación previa al centro y un grupo de amigos más o menos delimitado. 

b) Alta frecuencia:

    Aunque no se haya presentado la actitud de Adrián hasta después de Navidades, no significa que no haya vivido episodios anteriores. El problema con Félix en la plaza es sólo la cerilla que enciende la mecha. A partir de entonces, Adrián sufre varios tipos de violencia: indiferencia (cuando no juega con los demás y nadie le invita), agresión física intencionada (cuando le pegan con el balón en la cara) y agresiones verbales (menosprecios).

c) Intencionalidad:

    Félix, Gonzalo e Irene muestran conductas que hacen ver claramente que disfrutan viendo sufrir a Adrián, siendo la más clara el hecho de que Irene se burla entre risas del golpe que recibe Adrián en el ojo.
    Además, se ve claramente que Félix influye a Gonzalo e Irene para que también se metan con Adrián, lo que deja ver el deseo de que otros se unan a su "causa".

d) Daño psicológico:

    El principal objetivo de Félix es desmoralizar a Adrián y hacerle sentir inferior empleando el juego psicológico velado: nunca hace nada que pueda ser objeto de desaprobación por parte del adulto ya que se lo transmite como que es un problema suyo no saber jugar al fútbol o no entender que los aviones se rompen.

  • ¿Qué documentos o planes del centro deben contemplar y tener previstas este tipo de conductas?

      Por una parte, las Normas de Convivencia del Centro y el Reglamento de Régimen Interno deben preveer las conductas no morales y marcar claramente sus límites. Es muy recomendable que, aunque suponga un gran trabajo por parte del claustro, todos participen en su elaboración, ya que las experiencias personales pueden ayudar a detectar y definir conductas reprobables. Además, estas conductas deben tener una penalización clara.

      También el Plan de Acción Tutorial debe recoger la función del tutor en su responsabilidad de la construcción de relaciones sanas entre pares en su grupo-clase. Para ello, se pueden establecer dinámicas de grupo, seguimiento activo con las familias, estrategias que fomenten la confianza maestro-alumno para favorecer la comunicación de problemas, etc.
       Y todo ello debe quedar reflejado en el Proyecto Educativo de Centro, en el que se presente a los padres las buenas conductas para la convivencia como un elemento clave del desarrollo no sólo emocional de los alumnos sino también académico.


  • ¿Qué te parecen las reacciones del jefe de estudios y de la tutora?

      Identificar un caso de acoso no es fácil hoy en día ya que el respeto entre los pares ha cambiado tal y como lo ha hecho la sociedad y a veces nos puede resultar difícil identificar que se sale de lo "habitual". Sin embargo, por la información que nos dan los padres, personalmente me parece que las reacciones del jefe de estudios y de la tutora son fruto del miedo y el desconocimiento ante qué pueden hacer para ayudar a Adrián, de modo que para quitar importancia al asunto y no alarmar a los padres, han dejado pasar el tiempo para comprobar si todo volvía a su sitio por sí mismo.

      Lo primero que ha hecho mal la tutora es dar una respuesta a los padres antes de investigar más profundamente el asunto ante la información recibida. Nuestra labor es escuchar lo que preocupa a los padres y transmitirles alivio asegurándoles que nos haremos cargo del asunto e investigaremos. La tutora podría haber concertado una segunda cita y contrastar la información dada por los padres y la obtenido por ella misma, con el fin de encontrar patrones de conducta interrelacionados. Finalmente, cuando la tutora habla con el grupo, está reafirmando la postura de los agresores ya que muestra a Adrián como una víctima conocida por todos, lo cual provocará en él mayor inseguridad y aislamiento por vergüenza y pérdida de autoestima.

     En lo que al Jefe de Estudios respecta, su reacción es producto de la suposición de que Adrián era el que estaba invadiendo la pista de fútbol, sin pararse a pensar o investigar por qué estaba allí. Ante la reprimenda, lo único que ha ganado es que Adrián pierda la confianza en el adulto y, por tanto, que cada vez cuente menos en el colegio si tiene algún problema. Además, ha reforzado lo que le hace sentir Félix: lo que sufre son consecuencias de sus propias acciones; lo cual deja a Adrián indefenso y con poca credibilidad hacia sí mismo. Finalmente, el Jefe de Estudios no ha sido un elemento de apoyo para la tutora, ya que le ha encomendado la tarea de quitarse de encima a los padres, no solucionar el problema, lo cual lleva a una sensación de soledad ante el problema que hará que la propia maestra pueda sentirse desbordada.

  • ¿Qué medidas educativas y/o disciplinarias podrían activarse ante estos hechos?

     La tutora debería haber investigado los hechos. Por ejemplo, podría haber pedido que en los turnos de patio, que es donde se observa mejor la socialización de los niños, la dejaran vigilando el punto en el que se encuentre jugando su clase para identificar los sub-grupos y actividades que llevan a cabo. Además, debería tener un cuaderno de incidencias en las que apuntar tanto los detalles como los puntos álgidos de las relaciones entre Adrián y sus compañeros, con el fin de poder interrelacionarlos y estudiar su frecuencia y miembros implicados. 
     
     La tutora, en lugar de hablar en clase sobre el problema con Adrián y obligar a los alumnos a jugar con él, debería haber potenciado dinámicas de clase (grupos de aprendizaje cooperativo, juegos de socialización, etc.) para dar la oportunidad a los alumnos de conocer a Adrián y a él de buscarse su propio hueco basándose en sus habilidades atractivas que pueden resultar atractivas para el resto de la clase. 

     Una vez Adrián cuenta cómo sus compañeros se burlan descaradamente de él y los padres lo informan a la tutora y el Jefe de Estudios, el R.R.I debe ser aplicado de forma estricta y se deben tramitar los documentos necesarios para imponer partes de conducta, lo cual sirve como modelo al resto de grupo-clase de que efectivamente los agresores son los que están teniendo conductas inmorales ante otro compañero, de modo que sirva de freno para posibles "seguidores" de Félix.

     Por último, se podría haber derivado a los alumnos agresores y al alumno víctima a talleres de habilidades sociales convocados por el Ayuntamiento de Madrid o incluso se podría haber pedido ayuda al orientador del centro para que les derivara al pediatra y, éste a su vez, a Salud Mental, ya que tanto la falta de autoestima como una conducta agresiva puede ser resultado de conflictos emocionales individuales o situaciones familiares que se vivan en casa.

  • ¿Qué opinas sobre los comportamientos de los alumnos?
      Adrián se siente tan responsable del comportamiento que tienen hacia sí mismo sus compañeros que va encerrándose cada vez más en su propio mundo, lo cual es perfectamente entendible. Además, está en la edad en la que los niños quieren empezar a ser adultos y se avergüenzan a veces de sus problemas porque quieren resolverlos por su cuenta, de modo que es muy probable que no haya contado todo lo que ha vivido y que, lo que ha contado, le haya hecho sentir inferior a lo que él esperaba para su edad.

     Félix muestra una gran intencionalidad en sus actos pero me llama la atención el lenguaje que emplea y las ocasiones que aprovecha para atacar a Adrián. Todo ello me hace sospechar que es un niño con problemas afectivos e incluso una gran inseguridad en sí mismo que paga menospreciando a los demás para equilibrar su propio sentimiento de inferioridad. De hecho, busca apoyo en otros alumnos (Gonzalo e Irene), lo cual demuestra que necesita ayuda para provocar daño en su compañero y, por tanto, puede incluso ser una llamada de atención.

    En cuanto a Gonzalo e Irene, son los típicos alumnos que buscan un hueco en su grupo y se juntan al alumno "fuerte" para salvarse de las consecuencias que podrían atraer hacía sí mismos si ocuparan el lugar de Adrián. Actúan por mimetismo y supervivencia. Es por ello que también debería estudiarse lo que les motiva a participar en el acoso y, sobre todo, se debería involucrar a las familias para que puedan trabajar con ellos la importancia de defender la moral propia incluso si ésta trae consecuencias desfavorables, con el fin último de que se conviertan en personas independientes que no actúen bajo la influencia de otras.

   El resto de alumnos, como espectadores, son tan culpables como los acosadores ya que podrían posicionarse del lado de Adrián e invitarle a formar grupo con ellos, pero no lo hacen por el propio miedo a sufrir ellos el acoso de Félix y sus secuaces.




Para que podáis entender el caso, os dejamos aquí el texto completo y esperamos que os sea de ayuda.

Adrián es un niño tímido y con faltas de habilidades para relacionarse con sus compañeros, al inicio del curso los padres le escolarizan en sexto de Educación Primaria en un nuevo colegio a causa de un cambio de ubicación del negocio familiar. Esta situación incide en el carácter del niño que pierde la relación con su pequeño grupo de amigos del anterior colegio. 

En enero, los padres de Adrián se reúnen con la tutora de su hijo y le comunican que el niño se encuentra triste desde que volvió de vacaciones de Navidad, que por las mañanas tarde en vestirse y hace lo posible por retrasar su salida al colegio. Asimismo, comentan que esta situación comenzó durante las vacaciones de Navidad. Un día que Adrián estaba jugando con un helicóptero dirigido con Félix, un compañero del colegio que vive en la mima plaza, le pidió el mando, Adrián se lo dejó y Félix comenzó a manejar bruscamente el juguete hasta que terminó rompiéndose la hélice en la rama de un árbol. Adrián protestó y se quejó, pero Félix le dijo que había sido un accidente aéreo y que al ser Adrián el piloto, él era la víctima y ya no podía ir al colegio porque había muerto al estrellarse. 

En la entrevista, la tutora manifiesta a los padres que no encuentra en clase ningún comportamiento fuera de lo normal y que Adrián, al que considera tímido, está como siempre. También les comenta que aunque no ve que Adrián y Félix jueguen juntos, que no se preocupen, que no todos los niños participan en los mismos grupos de juegos y que el estado de ánimo de Adrián seguramente será porque tiene que entregar un trabajo y va con retraso. 

La semana siguiente, Adrián tiene que ser atendido en el colegio porque recibe un golpe en el ojo con un balón cuando estaba mirando cómo sus compañeros de clase jugaban un partido de fútbol. El golpe es considerable y Adrián cuenta entre sollozos que Félix le ha lanzado el balón a la cara cuanto estaba cerca. El jefe de estudios le comenta a Adrián que no se queje, que lo que tenía que hacer es jugar al fútbol con sus compañeros y no quedarse mirando detrás de la portería, que si se ponía en ese lugar lo lógico es que recibiera un balonazo cuando intentaban meter gol. 

Ese mismo día, a la salida del colegio, Félix se cruza con Adrián y se lleva la mano al ojo mientras se ríe. Luego Gonzalo, amigo de de Félix, da un golpe con la mano en el cuello a Adrián mientras le dice “cuidado con tu pelota” y Ana, amiga de Gonzalo, se burla de Adrián haciendo ver que llora. 

Al llegar a casa, Adrián cuenta el incidente a sus padres quienes al día siguiente van al colegio y se entrevistan con el jefe de estudios. En la conversación, éste no da ninguna importancia a lo sucedido y le dice que en los juegos suceden estas cosas y que las burlas son cosas de niños, que a esa edad lo hacen sin milicia y forjan el carácter. Los padres le recuerdan que Adrián no estaba jugando que, de hecho, nunca juega porque no le seleccionan para los equipos que los compañeros forman en los recreos, a lo que el jefe de estudios contesta que lo que tiene que hacer Adrián es hacerse amigos en el colegio e integrarse. Además, les comenta que ellos como padres tienen que fomentar que su hijo se relacione con sus compañeros tanto dentro como fuera del centro. 

Tras la entrevista con los padres, el jefe de estudios le comenta a la tutora que haga algo para que los padres de Adrián dejen de protestar, que ya han ido dos veces en poco tiempo y que vigile lo que pasa con él. 

Al día siguiente, la tutora les dice a todos los alumnos que los padres de Adrián se han quejado de que no juega al fútbol, así que siempre que haya fútbol Adrián formará parte de un equipo, que le traten bien porque ella va a vigilar que sea así y les recuerda que en los equipos tienen que haber chicos y chicas. 

El lunes siguiente durante el recreo, Adrián juega en uno de los equipos. Cuando comienza el partido, Gonzalo le dice “ponte ahí que tu puesto es el de medio estorbo”. Al poco tiempo, Adrián deja de jugar cuando Irene le pone una zancadilla sin que llevara el balón. Al caerse sufre un golpe en la rodilla y se queja de dolor que, al mismo tiempo, sangra un poco. Algunos alumnos que estaban jugando se ríen y Félix le dice “habrá que sustituirte por inútil”. Otros alumnos cuando Adrián se va le dicen en voz baja que lo sienten y que Félix, Gonzalo e Irene son muy brutos. 

Cuando Adrián cuenta a sus padres lo que ha pasado piden urgentemente cita a la directora.



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